La diócesis de Hasselt coincide con el territorio de la provincia del Limburgo belga. Tiene una extensión de 2.422 km2 y una población de 873.425 habitantes, con una densidad de aproximadamente 361 hab./km², casi como el promedio nacional. En el 2018 el porcentaje de extranjeros (al nacimiento) presentes en la provincia fue del 27,6 % (7,6 % holandeses, 5 % sureuropeos, 5,4 % turcos y 9,6 % extraeuropeos).
La presencia de extranjeros en el territorio limburgués tuvo una especial riqueza de significado desde el inicio del Novecientos. En el siglo XX, los extranjeros europeos y extraeuropeos constituyeron la mayoría de la mano de obra de las minas de carbón, abiertas a los comienzos de 1900 y cerradas al principio de los años 90; estas permitieron que la provincia despegara de una economía preponderantemente rural a un nivel industrial, con un consecuente fuerte aumento de la población.
La población es laboriosa y el ingreso anual per cápita es de 17.790,00 euros, con un desempleo del 6,34 %. La lengua es el neerlandés. La capital de la provincia es Hasselt, que es también la sede episcopal de la diócesis.
El cristianismo se difundió en estas tierras en el siglo IV, alrededor de la ciudad de Tongeren, donde vivió el Obispo san Servacio. En el siglo VIII, el cristianismo conoció un fuerte florecimiento. Desde este período, la población cristiana de esta zona permaneció integrada por más de mil años en la diócesis de Lieja.
Solo después del Concilio Vaticano II, fue constituida Hasselt como diócesis independiente, gracias al tenaz y humilde trabajo, durante el Concilio Vaticano II, de Mons. Jozef Maria Heuschen, uno de los cerebros del “equipo belga”, que había querido fuertemente la desmembración de Hasselt de la diócesis de Lieja.
El 13 de junio de 1967, Mons. Jozef Maria Heuschen se volvió el primer Obispo de Hasselt, mientras que la diócesis fue constituida canónicamente el 8 de julio de 1967. Él quiso que la visión del Concilio fuera puesta en práctica en su diócesis, promoviendo, además, la formación del pueblo de Dios, clérigos y laicos, y la participación del laicado a la vida de la comunidad eclesial.
Tuvo como su válido auxiliar Mons. Paul Schruers, con el cual pudo contar para llevar adelante el gobierno de la diócesis, especialmente en los momentos de mayor dificultad debidos a su salud, que se había vuelto débil a motivo de su compromiso en las tareas del Concilio, durante el cual trabajó intensamente.
Fue a petición de Mons. Heuschen como la Comunidad Redemptor hominis se estableció en Bélgica en 1975. Y fue este Obispo quien la reconoció canónicamente, a los comienzos de los años ochenta, como “Pia Unio Redemptor hominis”, para obtener sucesivamente el estatuto canónico de “Asociación pública de fieles”, y así la diócesis de Hasselt se convirtió en la diócesis de erección de la Comunidad.
Mons. Paul Schruers sucedió a Mons. Heuschen como Obispo de Hasselt el 15 de diciembre de 1989. Hombre evangélicamente inspirado, trató siempre de realizar la unidad en el amor de Dios, dejándose orientar por el carisma de Chiara Lubich, de la que fue gran admirador. Tuvo fuertes vínculos con las misiones esparcidas por todo el mundo, tratando siempre de comunicar a los cristianos de su diócesis el amor a las misiones; en este marco, realizó también una visita a las misiones en Camerún encomendadas a la Comunidad Redemptor hominis.
Al individuar las líneas portantes de la renovación pastoral de su diócesis, escribe, en efecto, que “las claves auténticas son: la comunión de amigos; la palabra de Jesús clara que nos desafía; la amistad con los pobres”.
El 25 de octubre de 2004 Mons. Patrick Hoogmartens se volvió el tercer Obispo de Hasselt. Él ciertamente heredó de su antecesor el amor a las tierras de misión, que se concretó en vínculos con algunos Obispos en otros continentes y también en el conocimiento directo de las jóvenes Iglesias. Mons. Hoogmartens realizó, en este sentido, algunas visitas a nuestras misiones Redemptor hominis en Camerún y en el Paraguay.
Él es también el Obispo que, desde la creación de la diócesis de Hasselt, se ha confrontado mayormente con el fenómeno de la descristianización de estas tierras de vieja cristiandad, que constató, en el 2017, un porcentaje del 9,42 % de católicos practicantes en toda Bélgica, mientras que el 52,76 % de la población, que es de 11.431.000 habitantes, se declara católica.
La fuerte disminución de la población católica practicante tuvo como consecuencia que varias iglesias fueron sustraídas al culto; el proyecto de una estructura diocesana, para el próximo futuro de Hasselt, es el de concentrar el trabajo pastoral en siete decanatos que agrupan a 58 unidades pastorales y se extienden por un territorio que actualmente comprende 312 parroquias. El número de sacerdotes activos en la diócesis de Hasselt es actualmente de 117: 90 diocesanos y 27 religiosos.
Los desafíos que la diócesis de Hasselt debe enfrentar –en un tiempo en que la Iglesia del Nord Europa se encuentra en el ojo de la tormenta de una fuerte secularización, y de un cambio profundo de la visión antropológica– son arduos, como lo son para todas las tierras de vieja cristiandad que, bien podría decirse, luchan por la propia supervivencia.
En la diócesis de Hasselt, la Comunidad Redemptor hominis actualmente está presente en Genk, donde se encuentra la sede central de la Comunidad. En ella está ubicada una amplia biblioteca con más de 30.000 volúmenes, en italiano-neerlandés-francés-español, dividida en dos estructuras, apta para profundizar en varios argumentos: teología, espiritualidad, sociología, antropología, psicología, historia del movimiento obrero, países del tercer mundo, historia de las religiones, misionología, derecho canónico, historia, historia de la Iglesia, filosofía, literatura, etc. También por este motivo, el carácter que ha asumido esta casa es de Studiecentrum, un lugar donde, en relación con el Centro Estudios del Paraguay, de Italia y de Camerún, se subraya la importancia de la difusión de una pastoral de la inteligencia, basada en la reflexión y en el ahondamiento en argumentos de fe y de materias que tienen relación con la vida de la Iglesia, y con las problemáticas que afectan al mundo actual. El Studiecentrum, para poder contribuir al esfuerzo para una nueva evangelización, ofrece en las parroquias a las que se visitan a finales de semana, sea en Bélgica, sea en los Países Bajos, el material editorial que produce.
(Traducido del italiano por Luigi Moretti)