Un grupo de una veintena de jóvenes amigos, a los que acompañamos en los años pasados en la catequesis y en las actividades parroquiales, mantuvo la fidelidad al encuentro mensual del Rosario en la gruta mariana de nuestro Centro de Mbalmayo y participó en la lectura, en el comentario compartido del Evangelio y en las citas de formación cultural y religiosa.
Algunos de ellos, hoy, son estudiantes en la Universidad o desarrollan trabajos ocasionales; otros siguen viviendo en Mbalmayo para terminar las escuelas superiores. Además de los encuentros mensuales, para una formación más intensa que pidieron, nos reunimos con todos especialmente en los períodos de las vacaciones escolares.
Con estos jóvenes, sobre todo en tales períodos, fue mantenida una atención a los pobres y a los más pequeños, como expresión y verificación personal de la escucha y de la puesta en práctica de la palabra de Dios.
En el período de Navidad, acogimos a ancianos que necesitaban ayuda y, al comienzo del nuevo año, invitamos a algunos niños del barrio entre los que viven en mayor dificultad. Otra jornada fue organizada para niños huérfanos, a fin de hacerles sentir que la familia de Dios, la Iglesia, no les deja solos.
Luego, en el período de Cuaresma, desarrollamos varias jornadas de retiro sobre el tema de la libertad y de la común vocación bautismal al amor y a la santidad. Fue un tiempo, para los jóvenes, de crecimiento personal y de fortalecimiento de la voluntad común de caminar juntos, acompañados por la Comunidad.
Tienen mil sueños, como todos los jóvenes de su edad, pero, a menudo, se enfrentan a una realidad social y económica muy dura, que no les ofrece oportunidades.
Sus propias familias los mantienen, cuando pueden, hasta el diploma; después, para ir a la Universidad, ellos mismos deben buscar trabajos estacionales en el campo o en otros lugares, a fin de poder ganar el dinero necesario para terminar los estudios. Sienten la necesidad de solidaridad entre ellos, de elegir bien el propio camino y, sobre todo, de no perder las raíces de su fe, sino de profundizar en ellas. Algunos se plantearon preguntas de fondo sobre la propia vocación. Además de los encuentros comunes, son acompañados personalmente, porque cada uno necesita ser conocido, amado, respetado y guiado en su especificidad.
Actuar para Benjamín
La caridad, que aprendieron a ejercer desde los tiempos de la catequesis, es, para ellos, un punto fundamental en el que se han reencontrado.
Conocen y aprecian a Benjamín, un joven crecido junto con ellos en la parroquia. Saben cuánto se esforzó pacientemente para poder adquirir una mejor situación de vida, a pesar de que su condición física le impide caminar. Hoy solo puede desplazarse con una silla de ruedas. Se dieron cuenta de que la que tenía se le había vuelto demasiado pequeña para él y desgastada. Lanzaron la idea de comprar una nueva. Tomaron las informaciones necesarias y descubrieron que costaba el equivalente a casi 150,00 euros. Una suma que, inicialmente, parecía elevada para ellos, ya que tenían que esforzarse para cubrir sus necesidades cotidianas, pagar los gastos de sus estudios y de los desplazamientos para ir a la Universidad.
A pesar de que estaban en malas condiciones, descubrieron que podían abrir su corazón al amigo Benjamín, eliminando algunos gastos personales menos necesarios y haciendo algunos trabajos a fin de ganar el dinero para este objetivo. En el tiempo de la Cuaresma, trabajaron y ahorraron, y, gracias también a la contribución de la Cáritas parroquial de Obeck y al apoyo de la Comunidad, lograron comprar la silla de ruedas para Benjamín.
Todos experimentaron una gran alegría, una alegría pascual, el día de la entrega del don para Benjamín.
Algunos comentarios de los jóvenes hacen comprender el significado que tuvo, para ellos, este camino y tal gesto de amistad y caridad.
En este tiempo de guerras y catástrofes naturales provocadas por el cambio climático, realidades que se repiten y que siembran muerte, poner de relieve un camino de caridad y de profundización en la fe realizado por algunos jóvenes podría parecer un relato insignificante.
Sin embargo, nos recuerda que el Evangelio es un relato débil y fuerte al mismo tiempo, porque toca y cambia a las personas, y solo después puede convertirse en cultura e historia. El amor es la gran novedad del cristianismo, que cambió las antiguas civilizaciones y construyó otras nuevas. Y el Amor es la única levadura del presente y la esperanza del futuro.
También en el curso de nuestra historia personal, experimentamos que solo el Amor le da un sentido pleno. Al final de la vida, quedará solo el gesto del amor recibido y donado.
Hay días en los que te encierras en ti mismo, te interrogas sobre tu vida; frente a las dificultades, te preguntas: ¿por qué precisamente yo? ¿Cómo hacer para que el Señor Luego, vuelves la mirada, y ves a algunas personas que, a pesar del sufrimiento y de los golpes que la vida les inflige, siguen teniendo confianza, mantienen la sonrisa con el corazón lleno de amor. Para nosotros, Benjamin es una de estas personas; un gran ejemplo para todos. Es un joven que, desgraciadamente, está anclado en una silla de ruedas desde su infancia; conoció el sufrimiento desde su nacimiento; tenía solo a su abuela, que se ocupaba de él con amor, pero luego ella también se fue, porque el Señor la llamó a Sí. Benjamín, sin embargo, conserva la sonrisa; en su silla de ruedas se esfuerza para volver bella su vida, ante los hombres y ante Dios. Es un joven como nosotros: si comete un error, pide perdón y vuelve a empezar. Benjamin, a menudo, nos agradece por lo que hacemos por él, pero, más bien, somos nosotros quienes debemos agradecerle por ser una prueba del amor de Dios. Gracias, Benjamin, por ser el hombre que eres. Jean-Marie Mba Balla |
En el tiempo de Pascua, descubrí que no es necesario ser rico para ayudar a los Dios busca al hombre: “¿Dónde estás?”. Luego le pregunta: “¿Dónde está tu hermano?”. ¿Cómo responderá cada uno de nosotros? La virtud teologal de la caridad es la primera respuesta; esta nos enseña a amar verdaderamente, a amar sin distinción, a amar sinceramente, a amar perfectamente. Como dijimos muchas veces en nuestro lema: “Un solo corazón, muchos colores”. Jean-Jaurès Emah |
Esta silla de ruedas fue ofrecida a Benjamin el Sábado Santo y anticipó, para nosotros, la Esperanza y la Alegría de las que es portador el misterio de la salvación. La experiencia de la profundización en la fe vivida con los jóvenes en el Centro Redemptor hominis y el proyecto “Actuar para Benjamín” son, para mí, portadores de la alegría y la esperanza de la Pascua que transforma la vida; de esto quiero ser testigo como los apóstoles. Cristo resucitado tiene necesidad de nosotros para anunciar la buena nueva a todos, empezando por nuestro ambiente vital. Fabrice Afanda |
(Traducido del italiano por Luigi Moretti)
17/12/2024