Un capítulo de la historia cultural del Paraguay

 

Cada año en Ypacaraí, donde nuestra Comunidad Redemptor hominis trabaja desde hace más de veinte años, se realiza una prestigiosa manifestación artística que no solo adquirió notoriedad nacional, sino que, superando las fronteras del Paraguay, se hizo famosa en toda la región latinoamericana.

Gracias a esta manifestación artística, que este año llegó a su 51.ª edición, con una gran participación de artistas y sobre todo de público, Ypacaraí es conocida internacionalmente como la ciudad del folclore.

En 1971, por iniciativa de un grupo de ciudadanos amantes del folclore y de la música popular, y a pedido de la Junta Municipal y del Intendente, se programó la realización de actividades culturales para la conmemoración del 13 de septiembre, aniversario de la institución del distrito, fundado en 1887. Hasta aquel tiempo, como en cada pueblo del Paraguay, se festejaba solo al santo patrono que, siendo en Ypacaraí el Sagrado Corazón de Jesús, caía en el mes de junio.

Se buscaba, por lo tanto, un evento laico como fiesta de la comunidad ciudadana, donde las actividades giraran alrededor de la preservación y la difusión de las manifestaciones culturales folclóricas, para mantener vivo el recuerdo de figuras y personalidades que se destacaron en las diferentes artes.

Posteriormente, a través de sucesivas ordenanzas municipales, se nombró a la Comisión Municipal del Folclore y de la Artesanía, organismo sin fines de lucro que todavía hoy organiza el Festival.

En las intenciones de quienes fueron sus fundadores y de quienes, en las diferentes transiciones generacionales, asumieron su herencia hasta hoy, el Festival del Lago se configura como un movimiento cultural, con particular énfasis en el desarrollo de manifestaciones artísticas de contenido folclórico, por medio de ferias populares, exposiciones, conciertos, conferencias y publicaciones, que incluyen diversas disciplinas artísticas, desde la música a la danza, a la poesía, al teatro y a la artesanía.

La primera edición del Festival, en 1971, se realizó en diversas veladas repartidas en los meses de agosto, septiembre y octubre, que, de este modo, englobaron los festejos por la fundación de la ciudad. Desde entonces, este sigue siendo el período del año en el cual se realiza el Festival, que anima a la ciudad y logra la presencia de millares de espectadores.

El Festival: exigencia de manifestar la propia identidad

En el 2007, Oscar Bogado Rolón, narrador y estudioso de la historia y de la cultura del Paraguay, recogiendo documentos y testimonios, publicó un libro titulado Festival del Lago Ypacaraí. Un capítulo de la historia cultural del Paraguay, del cual, en el 2022, con ocasión del 50 aniversario del Festival, se publicó la segunda edición actualizada.

Como se lee en este libro, el Festival del Lago Ypacaraí surgió como respuesta a la exigencia popular de recuperar y mantener una propia identidad y las tradiciones ligadas a la cultura del pueblo paraguayo. Desde los inicios, por tanto, el Festival se proponía como tarea principal la de rescatar las tradiciones originadas por una mezcla entre los indígenas guaraníes y los españoles, e incentivar su respeto haciéndolas conocer a los más jóvenes. Sin fosilizarse en ellas, se quería dar, en cambio, un impulso dinámico de enriquecimiento y renovación de la cultura popular, expresada a través de diversas disciplinas artísticas.

No fue fácil enfrentarse con el desarrollo y el impacto de los medios de comunicación de masas, desde los años 70, con su tendencia mundial a transmitir una uniformidad cultural. En tal sentido, la defensa de las más bellas y significativas expresiones de las tradiciones locales, a través del Festival, fue un medio de resistencia a la alienación y a la pérdida del sentido de identidad popular, frente a una globalización social y cultural cada vez más homologante.

El movimiento cultural del Festival, además, acompañó las luchas políticas y sociales del país, lo cual le acarreó la persecución y la censura, hasta la prohibición y la suspensión de las actividades, decretadas por el general Alfredo Stroessner en los últimos años de su dictadura. Desde 1986 hasta 1989, año de la caída de la dictadura en el Paraguay, fueron realizadas jornadas de resistencia, donde el coraje de los ypacaraienses fue un ejemplo para otras ciudades que sufrían los mismos atropellos. En aquellos años de suspensión, fueron organizados igualmente los Festivales en el patio de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. En septiembre de 1986, en particular, más de cuatro mil personas se reunieron en el patio de la iglesia, completamente rodeada por los efectivos de la policía, para seguir celebrando su Festival, en desafío a la prohibición.

Un salto cualitativo en la consideración y organización del Festival del Lago se produjo en el 2019, cuando, por medio de una ley del Estado, fue declarado Patrimonio Cultural de la República, y su organización fue incluida en el Balance Preventivo General de la Nación.

En el Diccionario de la Música en el Paraguay, el maestro Luis Szarán, músico, director de orquesta, musicólogo paraguayo, conocido también en Europa, escribió a propósito del Festival del Lago que “desde 1971, durante el mes de septiembre se realiza, año tras año, el más importante de los festivales de la música del Paraguay, el Festival de Ypacaraí, que reúne a calificados representantes de la música popular de inspiración folclórica del país y de América”.

El codiciado trofeo “Recuerdos de Ypacaraí

Si la sede central e histórica del Festival sigue siendo Ypacaraí, sin embargo, no es la única. El Festival superó las fronteras geográficas no solo del distrito, sino también del país, buscando, desde los primeros años de su realización, la integración regional, nacional e internacional, a nivel latinoamericano, evitando así el excesivo localismo que siempre desemboca en una exclusión deletérea y en un aislamiento que empobrece las manifestaciones artísticas.

Desde su primera edición, El Festival del Lago ha operado un fructífero intercambio con eventos internacionales similares, queriendo compartir experiencias, exponer y dar a conocer las características del arte popular paraguayo y buscar, a través de esta integración, el fortalecimiento del movimiento cultural.

La programación de base del Festival incluye diversas expresiones artísticas que van desde la poesía, a la danza, al teatro, a la artesanía, a la música, y se realizan en veladas expresamente dedicadas a una u otra disciplina. Además, el Festival, en su planificación anual, ha incluido y favorecido el intercambio nacional e internacional con movimientos culturales afines.

Los intercambios siguen realizándose con el envío de delegaciones artísticas, en particular el Ballet Folklórico Municipal de Ypacaraí, que en el curso del tiempo se ha convertido en un verdadero “embajador cultural” en los diversos escenarios de los festivales internacionales, como los de Argentina, Bolivia, Brasil..., obteniendo premios y reconocimientos.

A cambio, el Festival siempre se ha beneficiado de la presencia de artistas internacionales, de la participación de los más prestigiosos exponentes del canto popular procedentes, además de los citados países fronterizos, también de Chile, Perú, Uruguay y Venezuela, ampliando enormemente su prestigio.

A nivel nacional, diversos artistas, que fueron premiados y se destacaron en las diferentes sedes periféricas del Festival, convergen, luego, en el Festival central en Ypacaraí, en una velada denominada Noche de los debutantes. Muchos cantantes, grupos musicales, cantautores, artistas, conocidos en el Paraguay y en los países latinoamericanos, y últimamente también en Europa, tuvieron su estreno y lanzamiento artístico en el Festival de Ypacaraí.

Desde la primera edición, el Festival ha premiado a los mejores talentos con el codiciado trofeo denominado “Recuerdos de Ypacaraí”, desde el título de la canción paraguaya más conocida en el mundo, que Demetrio Ortiz, músico, compositor, dramaturgo y coreógrafo, compuso en 1948.

El maestro Ortiz, quien en el tiempo de la institución del Festival vivía en Buenos Aires, fue contactado por los organizadores, apoyó el proyecto de incentivar la música folclórica, permitiendo así que, durante 51 años, fueran premiados a los mejores talentos con un trofeo, que simboliza la más famosa canción paraguaya en el mundo, hoy muy codiciado por artistas nacionales e internacionales.

Emanuela Furlanetto

 

(Traducido del italiano por Luigi Moretti)

 

 

26/11/2023