Un modelo para los jóvenes de nuestro milenio

 

Un joven sencillo y extraordinario

Al final del Sínodo para los jóvenes en el 2019, el Papa Francisco había señalado a Carlo Acutis, antes Venerable, como un ejemplo para las nuevas generaciones[1].

Carlo Acutis fue beatificado posteriormente, el 10 de octubre de 2020, en Asís, en la Basílica de San Francisco. La beatificación fue proclamada a consecuencia de una curación milagrosa obtenida por la intercesión de Carlo: un niño brasileño que padecía una grave enfermedad del páncreas había podido recobrar completamente la salud[2].

Carlo, por tanto, se convirtió en el primer joven beatificado de la generación de los “millennials”.

Muchos y particularmente emocionados fueron los jóvenes presentes en la celebración de su beatificación, así como los fieles de cada edad que quisieron reunirse en oración ante sus restos mortales. Su cuerpo, encontrado intacto, fue expuesto, a partir de su beatificación, a la veneración de los fieles; iba vestido con vaqueros, llevaba una chaqueta y zapatillas de tenis.

El Papa firmó recientemente el decreto del reconocimiento de un segundo milagro, ocurrido a consecuencia de la intercesión de Carlo, abriendo así el camino a su canonización.

Los jóvenes contemporáneos sienten cercano su ejemplo, y Carlo es para ellos un modelo de vida al que mirar.

Una vida corta, pero intensa

Nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres, de una familia italiana, y fallecido en Monza el 12 de octubre de 2006, a la edad de 15 años, a causa de una leucemia fulminante, Carlo dio, con su corta vida, un testimonio que despertó una profunda admiración por su amor al Señor y su caridad hacia los pobres.

Niño precoz (a los 3 meses ya hablaba y a los 4 años sabía leer y escribir), se interesó rápidamente en la fe y la vida de los santos.

Desde la escuela primaria, frecuentó colegios dirigidos por religiosos y se convirtió, aparentemente, en un joven como cualquier otro, pero en realidad en un muchacho especial:

“Además de los deberes principales de su estado como el de estudiante e hijo, consiguió encontrar el tiempo para enseñar el catecismo a los niños que se preparaban a la Primera Comunión y la Confirmación; para ser el voluntariado en el comedor de los pobres de los capuchinos y de las hermanas de Madre Teresa; para ayudar a los pobres que vivían en su barrio; para ayudar a los niños con dificultades con los deberes; para hacer apostolado con Internet; para tocar el saxofón; para jugar al fútbol; para proyectar programas con el computador; para divertirse con los videojuegos...”[3].

Involucró en su fe convincente y comprometida a su ambiente familiar, en particular a su madre, Antonia Salzano[4]. Sus padres, en efecto, no eran cristianos practicantes; Carlo había recibido los primeros elementos de la fe de su niñera polaca.

La actitud del pequeño Carlo desde los primerísimos años y sus preguntas sobre la fe desconcertaban a su madre, quien quiso estudiar teología y hacerse catequista. Ella se consideraba evangelizada por su hijo.

Su joven chófer, Rajesh Mohur, seguidor de la religión hindú, de la casta más elevada de los brahmanes, se convirtió y decidió hacerse bautizar, escuchando lo que decía Carlo, pero sobre todo porque había vivido con él durante años. Su testimonio era mucho más grande –afirma Rajesh– que el de todos los maestros hindúes que había tenido antes[5].

En su testimonio, Rajesh Mohur recuerda:

“Para mí, Carlo fue un maestro de una vida cristiana auténticamente vivida y un ejemplo de moralidad excepcional. Me hice bautizar como cristiano porque fue Carlo quien me contagió y alumbró con su profunda fe, su gran caridad y pureza, realidad que siempre consideré fuera de lo normal, porque un muchacho tan joven, tan bello y tan rico normalmente prefiere llevar una vida muy diferente”[6].

La caridad de Carlo

Aunque perteneciera a una familia rica, Carlo vivía de un modo muy simple y austero, y sus ejemplos eran san Francisco de Asís y san Antonio de Padua.

Fueron innumerables los amigos y los pobres a los que Carlo ayudaba con mucha caridad y que se sintieron conmovidos por su actitud. Su madre, hoy apóstol infatigable que hace conocer la vida de Carlo[7], cuenta que ya a partir de los 9 años había organizado su actividad de caridad para las personas sin domicilio fijo, proporcionándoles sacos de dormir, dándoles comida e informaciones útiles.

Algunos testimonios, durante el proceso de beatificación, muestran cómo su madre fue implicada por la caridad de Carlo. Escuchemos uno muy significativo:

“Conocí al joven Carlo Acutis, porque pedía limosna en la iglesia de Santa Maria Segreta. Todos los días, o en la Misa de las 18 o en aquella de las 19, siempre veía a Carlo que participaba. A menudo, me daba su dinero de bolsillo y siempre se quedaba a hablar conmigo para consolarme. Todavía recuerdo su gentileza, su gran generosidad y su gran fe. Cuando mi amiga Giuseppina, que había conocido en el dormitorio público, sangraba y ya no quería comer ni beber a causa de un choque depresivo y se estaba dejando morir en los bancos de la plaza frente a la iglesia, nadie, excepto Carlo, su madre y yo, se había interesado por ayudarla. Carlo y su madre consiguieron hacerla ingresar en el hospital Fatebenefratelli, donde la curaron durante 40 días. En este barrio, ningún muchacho, excepto Carlo, se interesó nunca por mí. Era demasiado bueno y puro para esta tierra, nunca lo olvidaré”[8].

A pesar de su participación en las actividades caritativas de Carlo, Antonia y Andrea, sus padres, se quedaron maravillados durante su entierro, en una iglesia abarrotada, por la presencia de numerosos pobres, de personas sin domicilio fijo, quienes no podían olvidar la ayuda, pero sobre todo la amistad que Carlo les había ofrecido, a menudo con la más amplia discreción, ayudando con sus ahorros, haciendo sacrificios personales y también algún pequeño trabajo de verano.

El ciberapóstol

Carlo era un joven estudioso, un muchacho simpático y muy atento para con sus amigos; defendía a los más débiles y rechazaba cada forma de violencia; en la escuela se dedicaba a integrar a los jóvenes que tenían dificultades y daba clases particulares a sus compañeros.

Era apasionado de Internet; estaba tan dotado para la informática que sus amigos y los mismos adultos expertos en la materia lo consideraban un genio; elaboraba programas y creaba sitios web. Trabajó para el sitio web de su parroquia y el de su liceo.

Esta pasión por Internet lo llevó a hacer de la Red un medio de evangelización, como lo demuestra la exposición virtual sobre los milagros eucarísticos, que realizó de forma asombrosa a la edad de 14 años[9]. Esta exposición recorrió continentes y miles de parroquias, y reforzó la fe en la Eucaristía.

Carlo fue proclamado patrono de los internautas para subrayar que se puede utilizar la Red de una forma virtuosa, como hizo él, para la catequesis y la evangelización.

“Por eso, su caridad con los pobres de Milán, y también la calidad de sus relaciones con los amigos del liceo, se convirtieron no simplemente en buenas obras, sino en oportunidades para manifestar, a través de la propia humanidad, compuesta de inteligencia, afecto, psicología, el mismo Amor del Padre. También ocuparse de Internet fue para él poder testimoniar el amor de Dios que trasciende todas las fronteras territoriales, las lenguas y las culturas”[10].

Junto a las grandes posibilidades que ofrece Internet, el Papa Francisco subrayó también sus limitaciones y la necesidad de un testimonio concreto, porque “hacen falta gestos físicos, expresiones del rostro, silencios, lenguaje corporal, y hasta el perfume, el temblor de las manos, el rubor, la transpiración, porque todo eso habla y forma parte de la comunicación humana... La conexión digital no basta para tender puentes, no alcanza para unir a la humanidad”[11].

En Internet encontramos hoy un gran número de documentales, de catequesis, de películas y testimonios sobre la vida de Carlo y sobre las conversiones inspiradas por su ejemplo.

Carlo demostró que, en el mundo de la Red, lleno de contradicciones, se puede ser un buen influencer sobre todo con la propia vida y el propio testimonio[12].

Antonietta Cipollini

(Continúa)

 

 

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[1] “Te recuerdo la buena noticia que nos regaló la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven Venerable Carlos Acutis”, en Papa Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Christus vivit, 104 (de ahora en adelante abreviaremos en Christus vivit).

[2] Se trata del caso de un niño brasileño, afectado por una grave deformación congénita del páncreas bifurcado. En el 2010, después de que sus familiares rezaran a Carlo, el páncreas volvió a la normalidad, sin ninguna intervención quirúrgica, operación que habría puesto en peligro la vida del niño.

[3] Cf. www.carloacutis.com/es/association/chiecarloacutis. Existen numerosas biografías sobre la vida de Carlo Acutis. Nos referimos a la biografía del postulador de la causa de beatificación: N. Gori, Dall’informatica al cielo, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2021.

[4] “Carlo marcó el camino de mi propia conversión” - Antonia Salzano (madre del beato Carlo Acutis), en https://www.youtube.com/watch?v=GInxUp0uxGM; su madre escribió un libro sobre su hijo: A. Salzano Acutis con P. Rodari, El secreto de Carlo Acutis: por qué mi hijo es considerado un santo, San Pablo, Madrid 2022.

[5] Cf. el testimonio de Rajesh en el documental sobre la vida de Carlo Acutis, en Carlo Acutis Misionero 2.0: https://www.youtube.com/watch?v=n1Fzmk_yQiI

[6] N. Gori, Dall’informatica al cielo…, 193.

[7] Cf. Entrevista a la Sra. Antonia Salzano, madre del Beato Carlo Acutis, en https://www.youtube.com/watch?v=fxtLRD0fzqU

[8] N. Gori, Dall’informatica al cielo…, 185-187.

[9] Cf. www.carloacutis.com; http://www.miracolieucaristici.org/es/Liste/list.html

[10] D.E. Viganò, Prefazione. Sulle orme del beato Carlo Acutis lungo i sentieri del Vangelo, en N. Gori, Dall’informatica al cielo…, 18-19.

[11] Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli tutti. Sobre la fraternidad y la amistad social, 43.

[12] Entre los numerosos documentales, catequesis para jóvenes y películas, destacamos también las canciones basadas en su vida y su mensaje, traducidas a varios idiomas: https://www.youtube.com/watch?v=sV5yUdB_Dfo; https://www.youtube.com/watch?v=S-3WRetBq_Q; www.youtube.com/watch?v=cMTYr53bvac

 

(Traducido del italiano por Luigi Moretti)

 

 

07/08/2024